Ante un impago, el empresario puede tomar dos decisiones: ir por vía la judicial o por la amistosa. Mediante este artículo queremos ayudar a los empresarios a tomar la decisión correcta, dependiendo del momento y las circunstancias.
Una de las decisiones más incómodas que puede tomar un empresario es la de reclamar una cantidad de dinero a un cliente. Desgraciadamente, una necesidad cada vez más habitual, según la patronal Cepyme la cantidad de facturas impagadas a pymes y autónomos ronda los 334.100 millones de euros.

La mayoría de las veces se opta por la vía judicial, pero esta fórmula tiene claros inconvenientes desde el principio para el afectado:
- Es necesario acudir al juzgado con abogado y procurador si reclamas una cantidad superiores a los 2.000 euros.
- Hay que pagar tasas judiciales si la reclamación es superior a los 2.000 euros.
- Supone un esfuerzo burocrático para el empresario, ya que tiene que presentar hasta 3 copias de toda la documentación que tenga que aportar
- Es prácticamente imposible recuperar la cantidad que te deben si el deudor se declara insolvente o si su residencia está fuera de España.
- El tiempo de resolución. En el caso en el que todo vaya bien, el proceso se puede demorar mínimo 6 meses.
Teniendo en cuenta toda esta serie de inconvenientes, la vía amistosa es siempre que sea posible una alternativa mucho más recomendable.
El problema es que, por mucha voluntad de colaboración que exista entre el deudor y el acreedor, muchas deudas no se pagan simplemente por falta de liquidez. Una empresa no paga a otra porque a su vez le debe dinero una tercera. Y así sucesivamente: el círculo de la morosidad que mantiene con las manos y los pies atados a miles y miles de empresas.
En este sentido, una de las mejores fórmulas para reclamar cantidades impagadas, sin liquidez de por medio, puede ser la compensación de deudas.
Sin embargo, más allá de la posible compensación de deudas entre dos empresas que mutuamente se deben dinero, intentar llevar a cabo por cuenta propia este procedimiento, a base de detectar cadenas de deudas, puede ser bastante complicado. Y aquí es donde entra Deudae, una plataforma que facilita que pymes y autónomos puedan cobrar impagos y puedan hacer frente a sus deudas, sin hacer movimientos de efectivo. Esta plataforma permite a sus usuarios pagar lo que deben con lo que a su vez les deben.
Para ello, es necesario registrar las cantidades que deben y que les deben y Deudae es quien se encarga de encontrar cadenas de deudas entre empresas y autónomos para compensarlas legalmente:
La sencillez de la solución que propone Deudae para hacer frente a impagos genera varias ventajas a los pequeños empresarios:
- Mejora sus relaciones comerciales al gestionar sus impagos de manera amistosa.
- Reduce los impagos de clientes.
- Mejora la salud financiera de la empresa, con lo que mejora el acceso al crédito.
- Ahorra gastos innecesarios a la empresa (intereses de un crédito, tasa judiciales, etc)
- No tiene coste de alta. Deudae cobra el 3% de la cantidad de la deuda una vez compensada.